Hoy les traigo la sexta entrevista de este ciclo que comenzó en marzo de 2019 y en que creo debemos reflexionar sobre el rol que las mujeres tienen en esta sociedad, las injusticias que aún al año 2020 se siguen cometiendo en un mundo evidentemente machista y los desafíos en pro de la igualdad de género. En el mundo de los viajes esta situación se siente a leguas de distancia, notando la imposibilidad de muchas mujeres de viajar con la misma seguridad que un varón lo puede realizar. En mi caso particular, conozco de primera fuente lo complicado que es para una chica hacer autostop (viajar a dedo) en comparación conmigo, o quedar en casas de Couchsurfing sin que el anfitrión tenga una segunda intención o simplemente poder andar sola por la carretera en busca de cumplir los mismos sueños que cualquier otra persona amante de viajar podría tener. Y eso está mal.
Desde este lado de la tribuna les digo que es posible, que he tenido la posibilidad de conocer a decenas de mochileras que en soledad se encuentran persiguiendo esa estrella y que a pesar de que, como todo viajero, han tenido una que otra situación incómoda a lo largo del trayecto, eso nunca las ha detenido en el progreso de sus metas. Hoy por hoy, a hombres y mujeres nos toca deconstruirnos, eliminar aquellos micromachismos que a través de los años hemos adquirido inconscientemente y educar en búsqueda de la igualdad. Y lamentablemente creo que quedándonos en casa no conseguimos nada de aquello.
Dado esto, es que al volver a casa después de mi último viaje decidí hacer estas pequeñas entrevistas de 7 preguntas a algunas de las mochileras que he ido cruzando por mi camino y así poder contar sus historias, que creo pueden motivar a muchas de las chicas que están ahí en casa dudando si salir o no algún día. Estas mujeres que el mundo llama valientes son fuente de mi inspiración y espero también lo sean para tod@s ustedes, hombres y mujeres lectoras.
Mi sexta entrevistada se llama Claudia Iglesias, la conocí por redes sociales a finales de 2018 cuando me disponía a planificar lo que sería mi año 2019, el cual incluía hacer la Work and Holiday en Australia. Ella había terminado su primer año en el país de los canguros y fue un real aporte a dimensionar lo positivo y negativo de este nuevo estilo de vida de trabajar y viajar. En Junio, las vueltas de la vida nos hicieron encontrarnos nada más y nada menos que en Hawaii, viajando juntos por unos 5 días recorriendo la isla de todas las formas posibles. De seguro nos seguiremos cruzando en Australia porque en poco tiempo ambos estaremos viviendo acá.
- ¿Qué tal, Clau? Primero me gustaría que te presentaras para que todos sepan un poco más sobre ti. ¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes? ¿Cuántos años que llevas viajando? Etc.
C: Mi nombre es Claudia, una chica de 28 años que lleva 3 años seguidos viajando por el mundo. Tenía una vida ‘normal’. Vivía sola en Santiago de Chile, trabajaba como secretaria en una oficina y estudiaba de noche en la universidad. Mi familia estaba orgullosa de mí y tenía una vida tan ‘perfecta’ que, realmente, no tenía vida. Mi primer viaje nacional fue en 2011, recorriendo parte del Sur de Chile con unos chicos que conocí casualmente en una playa de Lican Ray. Llegaba 2012 y me aventuré al primer viaje sola fuera de Chile, visitando México durante un mes. En 2017 comenzó el viaje de mi vida, dejando Chile indefinidamente.
- ¿Cómo eras cuando comenzaste a viajar y cómo sientes que has ido evolucionando en el tiempo?
C: Mis primeros viajes estaban llenos de temor, pues la gente decía muchas cosas. Era incrédula, desconfiada, atenta, defensiva, siempre pensando que me iban a atacar. Hoy he aprendido a creer en la humanidad y a dar sin esperar. He visto y vivido muchas cosas. Muy pocas veces me he sentido en riesgo o peligro. La gente siempre se ha preocupado de ayudarme desinteresadamente y el universo se ha encargado de que cada experiencia tenga un final feliz.
- La pregunta del millón: ¿Cómo solventas tus viajes?
C: A pesar de no ser de una familia adinerada, siempre tuve independencia económica. Comencé a trabajar a los 17 años en el negocio familiar como depiladora. Desde niña vendía cosas en el colegio, me levantaba muy temprano a preparar sándwiches para vender en los recreos, así como también ofrecía artesanías hechas por mí. Continué como volantera, bartender, mesera, promotora, anfitriona y cualquier trabajo adolescente mal remunerado que generara ingresos. Estudié secretariado y trabajé de ello durante 3 años, mientras cursaba estudios universitarios por la noche.
Tenía un buen sueldo y negocié mi salida de la empresa, recibiendo un gran finiquito. Junté mis ahorros, cobré el Seguro de Cesantía y retiré mis fondos de Ahorro Previsional Voluntario (APV). El 2 de enero de 2017 comencé mi gran viaje, moviéndome a un modo muy austero durante 9 meses, antes de llegar a Australia a trabajar con visa Work and Holiday, para volver a generar ingresos que me permitieran seguir viajando por el mundo. Trabajé de mucama, uber eats y chef, durante 6 meses efectivos, generando AUD 20.000, de los cuales ahorré la mitad. Después de un año en Australia, continué viajando durante otro año antes de decidir regresar al país oceánico, y así generar ingresos nuevamente. En el camino hice trabajos voluntarios a cambio de comida y hospedaje, vendí artesanías y continué viajando a mi fiel estilo low-cost.
- ¿Puedes darnos ejemplos de tu forma austera o estilo low-cost de viajar?
C: Para mi, viajar de forma económica es sólo cuestión de proponérselo. En países más económicos duermo en hostales con habitación compartida, me muevo en transporte público y me alimento en mercados locales. En cambio, si el país es costoso, cambio el hostal por usar Couchsurfing, el transporte por viajar a dedo y la comida la cocino yo misma. Si se trata de lugares sin hostales ni anfitriones Couchsurfing, recurro a la carpa o a los voluntariados que entregan hospedaje y comida a cambio de trabajo. Siempre hay alternativas, más allá de los hoteles y restaurantes (gastos más pesados en un viaje). Eso sí, si llegase a sentir desconfianza o temor por parte de quien me está ‘ayudando desinteresadamente’, no dudaría en tomar un taxi o cambiarme a un hotel. Sin embargo y, afortunadamente, nunca he sentido que mi integridad física corra riesgo alguno. No digo que sea del todo sencillo: viajando he pasado frío, sueño y hambre. Es una experiencia que hay que estar dispuesta a vivir. Muchos prefieren una habitación con aire acondicionado o calefacción. Un plato de comida ‘normal’ en la mesa. El asiento cómodo de un vehículo en buen estado, pero para eso se requiere de una billetera más holgada y no es el caso de todos. Hay viajeros que se proponen un monto de gasto diario y así se organizan. Yo sólo me limito a gastar lo menos posible por día, dentro de lo que me permitan mis posibilidades.
- Hablemos de riesgos. Sabemos que en este mundo ustedes las mujeres están expuestas a un mayor riesgo y debemos tenerlo en consideración siempre, viajando no es la excepción. ¿Tomas alguna medida adicional para protegerte cuando estás en la ruta?
C: Los riesgos siempre existirán. Aquí, en la esquina de tu casa o en Irak. Así se trate de hombres, como de mujeres. Una amiga fue violada en Chile, dentro de un taxi que tomó junto a su pareja. Los responsables, están en prisión. Si visitas Latinoamérica, probablemente no sea buena idea llevar la cámara en la mano mientras caminas por la calle. Si eres mujer y estás en India, sería más responsable cubrir hombros y piernas, así como también lo harías en una república islámica ¿No? ¿En qué país del mundo se te ocurriría caminar solo a las 4 de la madrugada, por un callejón oscuro, vistiendo ropa escotada? Acatar las reglas sociales del lugar que visitas, es la clave de la ‘seguridad’. Si me llegase a suceder algo, claramente la culpa no sería mía, ni donde estoy ni como visto, pero ese es un mundo que, de a poco, estamos intentando mejorar.
- ¿Que se viene para la Clau de acá en adelante? Sé que vienes para tu segundo año de visa en Australia y eso te mantendría entretenida todo el 2020, pero, ¿y después?
C: Realmente intento no planificar mucho a futuro, pues, quiéralo o no, los planes cambian cada día. Tenía planificado pasar la temporada de verano 2020 del Hemisferio Sur, trabajando en Tasmania, una isla al Sur de Australia. ¿La realidad? Estoy en Chile, cuidando a mi madre de una operación. El futuro es incierto e imposible de predecir. Sin embargo, tengo algunas metas e ideas generales para el futuro: Viajando, he descubierto que disfruto mucho al escribir y que, a la gente, le gusta leer mis historias. Es por esto que, una de mis metas 2020 es escribir mi libro de viajes. Como dijiste, estoy pronta a regresar a Australia para continuar trabajando hasta fin de año y luego pretendo seguir recorriendo este inmenso mundo. En 2018, estuve visitando algunos países de la Melanesia durante 3 meses y, este año, quisiera continuar visitando islas del Pacífico Sur (Tonga y Samoa al comienzo de la lista). Luego, espero poder concretar uno de mis sueños viajeros más grandes; Irán y Asia Central. No sé dónde ni cómo termine, quizás abra una agencia de viajes, quizás me quede viviendo en alguna tribu, durmiendo en mi propia casa de paja. ¿Mencioné que muero por ir a Islandia? ¿Y África del norte? ¡Allá voy!
- Finalmente, ¿Qué le dirías a esa chica que leerá esta entrevista y sueña con hacer lo que tú haces, pero teme concretarlo por todos los motivos ya conversados?
C: La verdad, no me gusta dar charla de mensajes motivacionales. Mi experiencia puede ser fantástica y la tuya, nefasta. Cada quien tendrá sus propias razones para decidir dejar su zona de confort (frase cliché). Lo único que puedo decir es que el/la única que se debe motivar a tomar la decisión, eres tú 👍🏼
Para seguir todas las anécdotas e historias viajeras de Claudia síganla en sus redes sociales:
Instagram @clau.iglesias.trujillo
También pueden verla charlando sobre la Working Holiday Australia en su canal de Youtube
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