Dando inicio a lo que sería esta maravillosa travesía y teniendo ya decidido comenzar desde el punto más austral posible, tomé un bus de Talcahuano a Puerto Montt para de inmediato dirigirme al aeropuerto de la ciudad, dónde me encontraría con un vuelo atrasado debido a los primeros estragos del clima que se cruzarían en mi camino. Tras sólo un par de horas (por suerte) y ante amenazas de la cancelación del vuelo, llegué a Punta Arenas, ciudad en que iniciaría mi mochileo. Lo que yo no sabía era que, para mi fortuna, el destino me tenía escrito un lugar aún más austral por delante.
Ni dos horas llevaba en la Patagonia chilena y se me cruzó un gran compañero, la buena suerte. No estaba en los planes ir a Isla Navarino debido a que el presupuesto se iba a las nubes (Desde Punta Arenas por aire el costo es de $60.000 y la navegación sale $93.000), pero las casualidades de la vida me hicieron conocer en el mismo aeropuerto al reportero japonés Hiromitsu Ueno. Ambos veníamos a cumplir sueños; ¿El suyo? Conocer y entrevistar a la última nativa yagan pura sangre que resta en la tierra, Cristina Calderón, quien vivía en Villa Ukika, en Navarino. Luego de compartir mi primer día en la ciudad con él, tomó la decisión de contratarme como su traductor inglés – español pagándome la navegación ida y vuelta, para así emprender juntos el rumbo hacia Puerto Williams abordando el «Yaghan», ferry de la transbordadora Broom S.A. Lo que vendría en adelante sería toda una experiencia, una navegación de 30 horas (!!) por los fiordos patagónicos del fin del mundo.
El viaje comenzaría con hermosas sorpresas de entrada, ya que durante los primeros 30 minutos de navegación un grupo de delfines negros patagónicos llamados toninas nos hizo compañía, en lo que fue un espectáculo sublime (video al final del post).
A bordo conocimos a Irlanda y Francisco, dos chilenos que se dirigían a realizar investigaciones geomaticas a Isla Navarino, instalando sensores en puntos estratégicos para medir el movimiento de los continentes. También a Matthias, un alemán de Bavaria que a pesar de haber viajado por más de 25 países en el mundo sólo hablaba alemán, así que con él nos hicimos genios para la mímica y nos reímos a mares.
Durante el primer día subimos con Hiromitsu a cubierta de la barcaza para presenciar los cambios repentinos del clima. El cielo se presentaba totalmente despejado sobre nuestras cabezas, pero a sólo unos cientos de metros veías como una tormenta se desataba. De ahí en más fue acción del viento el acercar la tormenta cada vez más y más hacia dónde estábamos, lo que nos hizo descender para no empaparnos.
Tras pasar la primera noche en el «Yaghan», vendría lo más sorprendente de navegar por los canales en comparación a tomar el vuelo desde Punta Arenas hasta Puerto Williams. Durante un lapso de aproximadamente 5 horas del segundo día te cruzas con el cordón montañoso mejor conocido como Cordillera de Darwin, al suroeste de Tierra del Fuego. En ella destaca la gran cantidad de glaciares, tales como el glaciar Italia, Holanda, Alemania, Romanche, entre otros. No terminabas de disfrutar uno y ya aparecía el siguiente, sencillamente espectacular.
Treinta horas y 562 kilómetros de un viaje impagable, un comienzo inimaginable para mi, cruzando los canales patagónicos entre faros, fiordos y glaciares de la Cordillera de Darwin. Una navegación totalmente recomendable, con una tripulación preparada y que a pesar de no tener un fin turístico (el Yaghan es la única conexión semanal entre Puerto Williams y el continente por lo que su fin es de proveer a la isla) se preocupan de que disfrutes al máximo tu estadía en la barcaza.
Medianoche del viernes (zarpamos el jueves a las 4 de la tarde) y llegábamos a Puerto Williams, principal puerto de la Isla Navarino. Debido a la hora, la tripulación nos permitió pasar una noche más a bordo, así que descendimos del Yaghan tras 38 horas en lo que sería el comienzo de nuestra aventura en la ciudad más austral del mundo.
Bonus-Track. Toninas patagónicas al zarpar
Bonus-Track 2. Glaciar Romanche desde el Yaghan
Un comentario
Irlanda Stefany Mora
Un gusto conocerte y poder ayudarte en la ruta… saludos Colega 😉