Antes de partir a un viaje de este tipo siempre hay varios cuestionamientos que surgen en la planificación del mismo. Un par de ellos son la posibilidad de contratar un seguro de viaje (ya sea de salud o financiero) y el otro trata sobre las vacunas previas requeridas y recomendadas para visitar ciertos países. En este escrito me enfocaré en América Latina que es lo que me compete en esta Apuesta por la Ruta.
Sobre los seguros debo decir que contraté ambos y mantengo mi posición de creer que son muy útiles. Ambos son circunstanciales: no sabes si te vas a enfermas ni si tus tarjetas de debito/credito tendrán problemas o serán robadas, y podrías viajar años sin sufrir por aquello, pero también hay que ser sensato y decir que existe una probabilidad considerable de caer en cama durante algunos meses de viaje, y también que en estos confines es posible que te roben o te clonen tus tarjetas bancarias.
ACTUALIZACIÓN: En los días que escribía esto, y durante mi estadía acá en Quito, pasé un par de días sin moverme del hostal debido a la típica diarrea del viajero (probablemente lo más común entre quiénes nos dedicamos a esto) y eso, sumado a una deshidratación importante, me mandó al hospital. Tras esto, debí ocupar por primera vez mi seguro médico que se encargó de cubrir los gastos del suero, la cama y los medicamentos posteriores.
Mi seguro médico fue contratado por 3 meses (terminando a fines de noviembre), con destino Sudamérica y su costo fue de 100 dólares. Fue gestionado por AseguraTuViaje y contratado a LatinAssistance. Preferí que mi seguro fuese de una cobertura no muy alta, pero sin deducible, y así poder atender pequeñas emergencias como lo ocurrido en Quito. Obvio todos pueden cotizar lo que consideren conveniente, hay para todos los gustos y presupuestos.
Por otro lado está el seguro bancario. El tema monetario para viajar es complicado: hay que organizar cuanto dinero mantener en los bolsillos (y de eso, cuanto de la moneda local y cuanto en dólares), si llevar tarjeta de crédito o de débito (o ambas) y cual usar de acuerdo a sus comisiones en cada país, qué hacer en caso de robo, pérdida o clonación, etc.
En este caso realicé lo siguiente: Viajo con mis dos tarjetas, la de débito de mi banco y la de crédito VISA. Por ahora sólo he utilizado la de débito en cajeros en Perú y Ecuador debido a su baja comisión para giros grandes de dinero (débito cobra 2,65 USD por transacción y VISA cobra el 2% de la transacción). En caso de pérdida de las tarjetas he dejado a alguien de confianza con un poder sobre ellas en Chile, así puede retirar una nueva del establecimiento bancario y enviarla por correo al país dónde me encuentre, mientras yo sobrevivo con la plata que tenga en los bolsillos. Finalmente contraté un seguro en mi banco que cubre mi saldo en caso de clonación o robo y utilización de la misma.
Para terminar, entregar un poco de información acerca de las vacunas para viajeros. El Ministerio de Educación de Chile elaboró un estudio en que clasificaba las posibles enfermedades que un viajero podría contraer y las agrupó en 3 categorías:
- Requeridas (según criterio geográfico): Fiebre Amarilla.
- Recomendadas (según destino y tipo de viaje): Hepatitis A y B, Meningitis meningocócica, rabia, fiebre tifoidea, encefalitis japonesa, etc.
- Habituales (considerar edad): tétanos/difteria/pertussis, sarampión/rubeola/pariotiditis, polio, H.influenzae b, TBC, influenza.
Personalmente yo me coloqué la vacuna de la fiebre amarilla debido a que el área selvática en qué se puede contagiar abarca Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, lugares por los que yo habría de pasar. Y su certificado de vacunación es el único exigible para viajes internacionales, según la OMS.
Las alternativas para colocarse esta vacuna en Concepción, Chile, son 4: Megasalud, Vacunatorio Salvador, Vacunatorio Insuval y Kiñewen, dónde el valor del pinchazo cuesta desde 34 a 37 mil pesos chilenos (aprox 60 USD) y su certificado tiene 10 años de validez. Yo me vacuné en Kiñewen y en estos 4 meses de viajes aún no me la han solicitado en ninguna frontera.