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El paraíso de cascadas de Alajuela

Durante los meses en Centroamérica es común escuchar sobre la abundancia natural que Costa Rica, en particular, posee debido a su geografía de volcanes, rios y playas en dos mares diferentes. Hace tiempo que me encontraba en búsqueda de un área del país donde pudiese hallar decenas de cascadas en pocos kilómetros de viaje y así acampar y visitarlas todas dependiendo su disponibilidad y precio (ya que en Costa Rica nada es económico y todo el turismo es en fincas privadas). Habiendo dejado San Ramón me embarqué en una ruta norte al corazón del estado Alajuela y hacia la zona de Bajos del Toro, colindante con el giggntesco volcán Poas.

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Bajos del Toro es una pequeña localidad no muy conocida que cuenta exactamente con lo que buscaba con tantas ansias y afortunadamente llegaba a sus tierras en un fin de semana de mucho tráfico para moverse a ride (a dedo) por el sector. La primera parada fue en una joya secreta del sector, Paraíso Manantiales.

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Paraíso Manantiales fue una sorpresa absoluta. No sabía de su existencia y mientras me acercaba a Bajos del Toro un grupo que me levantó se ofreció a llevarme a este lugar argumentando que valía la pena y que sólo  tenía un costo de 2500 colones (4,5 dólares) por 8 cascadas de todos los tamaños. No pude haber tomado mejor decisión: en esta finca los dueños hicieron un trabajo extraordinario de construcción de accesos, puentes colgantes y escaleras giratorias en medio de la naturaleza para darnos la posibilidad de llegar a cada una de aquellas enormes cascadas. Al descender hasta el nivel del río Toro ya es un abuso visual de tantos saltos alrededor y la poca gente que había en aquel lugar.

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La mayor de todas las cascadas era de 80 metros de alto y a diferencia de otros lugares que visité en Costa Rica, contenía una importante cantidad de agua que la hacía lucir verdaderamente sorprendente. Mientras los turistas se tomaban selfies y comían un refrigerio al alero de las rocas, fui el primero en desvestirme y caerle a las frías y transparente aguas del monte. Por un rato fui el bicho raro observado por el mundo, pero no tardó mi nuevo grupo de amigos y amigas en animarse y hacerme compañía.

Ni me di cuenta cuando había pasado medio día en este sitio y había perdido la mayor parte del tiempo que requería para comparecer ante las otras costosísimas cataratas.

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Otros saltos dignos de mencionar en Bajos del Toro son el Tesoro Escondido, la Catarata del Toro, el salto del Río Agrio y el pozo azul en la misma estancia. Cada una tiene un valor mínimo para extranjeros de 8 a 10 dólares la visita. No muy mochilero.

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Luego fue el turno de teletransportarme a Ciudad Quesada (San Carlos) y visitar la desconocida Cascada de las Nubes, en las alturas del barrio de San Gerardo. Esta es completamente gratuita pero requiere al menos un auto para llegar ya que en los confines en que se encuentra la finca que la abraza casi no existe transporte. Junto a mi amigo Otto de Ciudad Quesada nos arrancamos a este pulmón que queda a sólo minutos de su hogar y que nunca antes había visitado. Siempre es satisfactorio el poder llevar a gente local a lugares de su ciudad que desconocían.

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Traa una corta caminata (o sino Otto se me moría en el trayecto) arribamos a la parte superior de un río que había que descender cuidadosamente por los barrosos senderos, mientras poco a poco íbamos descubriendo cada una de muchas cascadas se nos hacía visible.

El día no acompañaba en términos de luz solar, pero durante nuestra estancia en el río nunca nadie nos hizo compañía. Disfrutamos de aquellas aguas en soledad y agradeciendo a mi buen amigo la valentía de haber venido a un mundo que sé que no es el que acostumbra. Al final el motivo de regresar a Ciudad Quesada no sería para visitar nuevamente los atractivos turísticos, sino para visitar a mi buen amigo. Son las personas quienes hacen los sitios recordables, y si es además con una escenografía cómo está se vuelve un imperdible.

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Mi tercera y última parada por Alajuela fue en el monstruo turístico de la región, la ciudad de La Fortuna, hogar del Parque Nacional volcán Arenal. De estar viniendo de pueblos tranquilos y caer aquí fue un gran cambio, porque todas las casas de campo que venía observando en el camino de pronto de volvieron restaurantes, agencias de viajes, organizadoras de paseos y hoteles por doquier. Es increíble que aunque el volcán Arenal lleve 10 años apagado sigan viniendo tantos turistas a la zona.

Seré honesto, La Fortuna es mucho más que el parque del volcán. Está su hermano pequeño, el Cerro Chato, están sus innumerables aguas termales y sus paseos de avistamiento de perezosos, están las cabalgatas, el rafting, el kayac en el lago y más cataratas.

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En términos de cascadas (que es lo que convoca este post) La Fortuna tiene dos importantes por mencionar: la Catarata la Fortuna que con un precio de 12 dólares desde un inicio me alejó de su concreción (algunos dicen que los vale), y la otra son unos saltos pequeños a un costado de la carretera en el mismo río a 1 kilometro dede  Fortuna que suman a ellos un profundo pozo y una cuerda que permite el saltar al agua desde una altura considerable, casi como Tarzán, fuente de mucha diversión.

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En La Fortuna me resfrié de una forma bien agresiva y debí descansar por algunos días, lo que me quitó tiempo de realizar alguna de las caminatas. Vital fue la ayuda de Jairo, mi buen amigo de Couchsurfing, a quien definitivamente no olvidaré en mi paso por la ciudad. Su generosidad y empatía ante mi angustiante salud fue un alivio incluso antes de mejorar completamente.

Dentro de las miles de fuentes de aguas termales que brotan desde el volcán Arenal hay una en particular que todo mochilero no debe dejar de visitar y esa es la de Tabacón a unos 11 kilómetros al oeste de La Fortuna. Completamente gratuito, cada día recibe a decenas de turistas que buscan relajar esos músculos o tomarse una cerveza mientras la piel lentamente se va arrugando. Debí mejorar completamente para recién hacerle una visita y no tiene arrepentimiento alguno, es un lugar perfecto. Y en la noche se ilumina todo con velas para una experiencia aún más psicodélica.

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En este mapa muestro el recorrido hecho en las tres visitas realizadas: Bajos, Quesada y Fortuna. Si además quisieran agregar un mejor final se podría subir unos 60 kilómetros más y visitar el popular Río Celeste, también muy costoso para mi presupuesto mochilero.

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Jairo fue mi último amigo en Costa Rica, un país que no sólo endulzo mis días anteriores en Panamá, sino los dejo al borde de la diabetes. Él es ejemplo de la calidez humana que el tico tiene para entregar y son un pueblo al que llevaré en el corazón. Gracias por ser tan tuanis, no los olvidaré.

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4 Comentarios

  • Sin Rumbo por el Mundo

    Yo estuve en Río Celeste y lo hice precisamente a continuación de la Fortuna. Llegar allí no es ni complicado ni nada costoso y merece la pena conocerlo. Puedes ir en bus hasta San Rafael y de ahí si no recuerdo mal hay un bus que llegan hasta el pueblo de Río Celeste. El pueblo en si no tiene gran cosa, es pequeño pero hay un par de hostales donde te puedes quedar a dormir y al día siguiente subir a conocer Rio Celeste que esta a unos 6km de pueblo. Yo me quede una posada que llama ‘Posada Rural de Rio Celeste’ la dueña es encanto, y esta justo en el cruce de la carretera que sube a Rio Celeste. No es necesario que te quedes en los hoteles que están arriba en el Parque Nacional que por otro lado son caros, es mejor quedarse en el pueblo y hacer la excursión en un día como hice yo, puedes subir por la mañana y en 4 o 5 horas puedes estar de regreso en pueblo.

    Aquí te dejo alguna de los fotos que tome:

    https://www.instagram.com/p/BCMWsmXC1Pj/
    https://www.instagram.com/p/BCL383aC1KI/
    https://www.instagram.com/p/BCL38hZC1KG/

      • Sin Rumbo por el Mundo

        Yo no pague entrada, hay un truco para poder entrar en el parque sin pagar entrada, me lo enseño la propietaria de la posada donde me quede en Rio Celeste. El parque tiene dos entradas, la primera no esta controlada ni vigilada y se puede entrar libremente y se segunda la entrada «oficial» por la que si entras obligatoriamente tienes que pagar entrada. Si entras por la primera de las entradas siguiendo un sendero puedes llegar al sendero «oficial» que lleva directamente hasta el río Celeste (no es demasiado complicado y sendero esta bien marcado). Eso fue precisamente lo que hice yo, entre por la primera de las entradas llegue hasta río Celeste y salí por la entrada «oficial» tranquilamente sin haber pagado mi entrada 🙂

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