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Guayaquil, Montañita, la salud y el repentino final
Debo admitirlo: Dejar Galápagos fue muy triste para mi. Me costaba creer que ese santuario de tortugas, iguanas y lobos marinos ya fuese parte de mi pasado. Sería un mentiroso si dijera que no fue una de las mejores semanas de mi vida. Y espero de corazón que la vida me devuelva a ese