Necesitaba un golpe anímico importante para salir del estado de tristeza, decepción y rabia en que me encontraba sumido en este momento. El robo en Lençois me había dejado sin dinero y sin aparatos electrónicos que eran vitales para continuar mi camino. Debía renacer, y la ciudad más
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Lençois y el asalto menos pensado
Todo el mundo lo presentía, menos yo. Todo el mundo lo comprendía, menos yo. Es la realidad de un país que siempre me atreví a enfrentar. Pero quién se iba a imaginar que, después de cuatro meses y medio dándole la vuelta al gigante sudamericano y, después de cruzar San Paulo de punta a
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Vale do Capao. Al fin en la Chapada Diamantina!
Cuando planifiqué este viaje a Brasil habían tres lugares naturales que me quitaban profundamente el sueño. Uno de ellos eran las extraordinarias Cataratas del Iguazú, maravillas naturales sin comparación. Otro lugar eran los Lençois Maranhenses, objetivo a perseguir en unos meses más.